Por qué es importante la cultura financiera
Promover la cultura financiera también significa ampliar la inclusión social. De hecho, las iniciativas deben concernir a todos, independientemente de la situación socioeconómica. Y deben consolidar el conocimiento de ciertas categorías.
Empiezan con las escuelas. Tanto porque la alfabetización comienza desde abajo como porque los más jóvenes están ahora llamados a competir con condiciones económicas y financieras que sus padres no han tenido que enfrentar.La educación financiera también es un factor para suavizar las diferencias de género, en un país en el que la participación femenina en el trabajo sigue estando muy por debajo de la media europea.
Los efectos no son sólo individuales sino también colectivos: en una Italia con una media de edad cada vez más elevada, las elecciones financieras correctas son un elemento capaz de aliviar la presión futura sobre el sistema de pensiones.En cuanto a la cultura financiera, estamos muy atrasados: en el Estudio sobre Alfabetización Financiera Mundial la competencia de un italiano (63º) es inferior a la de un ruso (55º) o un camerunés (60º).
Es como si hubiéramos olvidado que inventamos los bancos.El motivo de tanta ignorancia, que en los últimos años se ha convertido en el drama de comunidades enteras incapaces de identificar los signos del desmoronamiento de las instituciones financieras en el territorio (léase el buen libro de R. Mazzaro: "Bancos, banqueros y rezagados"), es fácil de detectar: no existe una educación financiera de manera sistémica.
En otros países es un tema de estudio en las escuelas, porque ayuda a los ciudadanos a orientar sus opciones de ahorro, y es gracias a los ciudadanos conscientes que los operadores financieros más inescrupulosos son eliminados del mercado. Por cierto, para una región que reclama la autonomía de las escuelas, el apoyo desde el principio a un programa para todas las escuelas de cursos cortos de educación financiera sería una buena señal.Sin embargo, se han hecho progresos.
Como nos recuerda el Presidente del Banco de Italia, Ignazio Visco, después de la crisis financiera mundial y a pesar de la ausencia de políticas de información serias, los hogares italianos han avanzado hacia una mayor diversificación de sus carteras a fin de reducir el riesgo de mercado idiosincrásico y tender hacia mayores rendimientos. Si lo que se acaba de escribir no le queda claro, le sugiero que dedique un tiempo a estudiar el tema: la diversificación es la estrategia más segura para invertir. Y la inversión en los mercados, en los últimos años, puede hacer mucho: el índice Piazza Affari, FTSE MIB, ha estado creciendo desde 2016 y el año pasado aumentó un 30% (simplificando: invertir 100 euros en el índice habría obtenido 130 euros después de un año).
Además, invirtiendo podemos dirigir el desarrollo: por ejemplo, ahora hay varias herramientas que permiten inversiones éticas en empresas sostenibles desde el punto de vista ambiental, social y laboral.Sin olvidar, sin embargo, que también necesitamos la buena voluntad de las instituciones financieras. Es un sector que lucha con la revolución digital interna, pero que se esfuerza por avanzar hacia la revolución externa: aunque los controles sobre los operadores han aumentado, la transparencia y la simplicidad no están en su casa.
La sensación es que los bancos y sus mecanismos deben permanecer velados a los ojos de la mayoría de la gente. Todavía hay mucho que hacer al respecto, pero ya nosotros, con un poco de preparación y tomando las decisiones correctas, podemos imponer un cambio más rápido de lo que imaginamos.Información de interes para quienes les gusta las finanzas, lea aquí el código del dinero